Tras la estabilización de la inflación y la eliminación de la mayoría de las restricciones cambiarias, numerosos argentinos comienzan a reconsiderar sus estrategias de ahorro. La mayor libertad para operar en el mercado de cambios no disminuye el interés por resguardar el capital en moneda fuerte; al contrario, impulsa a los ahorristas a encontrar métodos de dolarización más eficientes y flexibles que eviten la compra directa de billetes.
Limitan las operaciones de los Fondos Comunes de Inversión: ¿cómo afecta a los usuarios?Este nuevo escenario despliega un abanico de posibilidades inédito. Los instrumentos financieros que facilitan la dolarización indirecta experimentan un crecimiento en volumen, accesibilidad y variedad. Actualmente, la gente puede proteger el valor de sus ahorros sin necesidad de acercarse a una ventanilla ni manejar dólares en formato físico.
Simultáneamente, la opción de operar desde una cuenta local con activos regulados por la Comisión Nacional de Valores (CNV) resulta muy atractiva para quienes priorizan la simplicidad, la seguridad operativa y la trazabilidad fiscal. De esta forma, se combinan dos metas esenciales: una dolarización indirecta y la posibilidad de obtener ganancias. Las alternativas se ajustan a diversos perfiles, buscando siempre el mismo fin: proteger los ahorros en un entorno donde la estabilidad coexiste con la necesidad de preservar el valor del capital.
CEDEARs: dolarización sin comprar billetes
Los Certificados de Depósito Argentinos (CEDEARs) constituyen la herramienta más popular para dolarizar el capital sin adquirir dólares físicos. Estos certificados representan acciones de compañías que cotizan en Wall Street, pero se negocian en pesos dentro de la Bolsa local. Su principal atractivo reside en su vínculo directo con el tipo de cambio financiero (CCL); si este sube, el valor del CEDEAR también aumenta, incluso si la acción original mantiene su precio en Estados Unidos. Este mecanismo brinda una cobertura cambiaria automática y permite acceder a empresas globales como Apple o Tesla con montos iniciales pequeños.
Fondos comunes con activos dolarizados
Los fondos comunes de inversión (FCI) que operan con activos denominados en dólares ofrecen una alternativa para quienes prefieren delegar la gestión del portafolio. Estos fondos invierten en instrumentos internacionales (como bonos del Tesoro de EE. UU. o ETFs), pero aceptan el ingreso de dinero en pesos. La dolarización ocurre internamente, brindando al inversor una diversificación automática que mitiga riesgos específicos. Suelen ofrecer liquidez diaria, lo que los convierte en una opción ideal para perfiles más conservadores o moderados.
Bonos soberanos y corporativos en dólares
Los bonos en dólares, en especial los soberanos bajo legislación extranjera (GD30, GD35, etc.), permiten proteger los ahorros mediante un activo cuyo precio en pesos sigue la cotización del dólar financiero. Si el dólar se aprecia, el valor en pesos del bono también crece. Esto hace del bono una de las pocas herramientas que ofrece cobertura cambiaria junto con potencial de apreciación de capital. Los bonos corporativos de empresas argentinas suman un flujo de ingresos mediante el pago de cupones en dólares, resultando atractivos para perfiles moderados a dinámicos que toleran cierta volatilidad.
Stablecoins: dolarización instantánea 24/7
Las stablecoins (como USDT o USDC) se establecen como una de las formas más rápidas y flexibles de dolarizarse sin billetes. Su cotización imita al dólar estadounidense, y los usuarios pueden adquirirlas en minutos a través de exchanges locales regulados. Su principal ventaja es la operatividad continua, sin las limitaciones del horario bancario. Permiten mover fondos entre billeteras o mantenerlas como un ahorro digital seguro. Las stablecoins representan una ruta dinámica para inversores que buscan máxima flexibilidad y acceso a rendimientos dentro del ecosistema cripto.